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domingo, 6 de marzo de 2016
La Biblia está llena de enseñanzas que debemos poner en práctica para educar a nuestros hijos y que un día podamos llegar a decir verdaderamente mi hijo tiene la capacidad de distinguir entre el bien y el mal y en sus decisiones toma en cuenta a Dios.

La paternidad puede ser una difícil y espantosa experiencia, pero una de las cosas más plenas y compensadoras que podamos llegar a hacer. Dios tiene mucho que decir acerca de la manera en que podemos criar exitosamente a nuestros hijos para que sean individuos piadosos. La primera cosa que debemos enseñarles es la verdad acerca de la Palabra de Dios.

1.-  Es importante que usted se comunique francamente con sus hijos:

“Tienes que [inculcar los mandamientos de Dios] en tu hijo y hablar de [ellos] cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino y cuando te acuestes y cuando te levantes.” (Deuteronomio 6:7.)

Existe una tendencia creciente a trabajar horas extraordinarias. Cuando tanto el padre como la madre tienen un empleo, las consecuencias se dejan sentir. Muchos padres pasan cada vez menos tiempo con sus hijos. Mientras están en casa, tienen que encargarse de los quehaceres domésticos y de otras tareas, y es probable que terminen agotados. En esas circunstancias, ¿cómo se logra mantener una buena comunicación con los hijos? Suelen presentarse oportunidades de hablar con ellos si se realizan los quehaceres juntos. Un cabeza de familia hasta se deshizo del televisor con el objetivo de pasar más tiempo conversando con sus hijos. Él comentó: “Al principio los niños se aburrían, pero cuando vieron que participaba con ellos en juegos de acertijos y que hablábamos de libros interesantes, llegaron a aceptar el cambio”.

Es importante que los niños se acostumbren a comunicarse con los padres desde tierna edad. De lo contrario, cuando sean adolescentes y quizás afronten problemas, no verán a sus padres como amigos con quienes hablar. ¿Cómo se puede ayudar a los hijos a que abran su corazón? Proverbios 20:5 dice: “El consejo en el corazón del hombre es como aguas profundas, pero el hombre de discernimiento es el que lo sacará”. Una forma de lograr que los hijos expresen sus opiniones y sentimientos es utilizar preguntas de punto de vista, como por ejemplo: “¿Qué opinas tú?”.

¿Qué hará usted si su hijo comete una falta grave? Es en ese momento cuando el niño necesita que lo traten con bondad y consideración. Domine sus emociones mientras escucha a su hijo. Un padre explica así cómo se encarga de ese tipo de situaciones: “Si mis hijos se comportan mal, trato de no reaccionar de forma exagerada. Me siento y los escucho. Me esfuerzo por comprender la situación. Cuando se me hace difícil controlar el enfado, espero un rato hasta que me tranquilizo”. Si usted domina sus emociones y escucha, la corrección que administre será más fácil de aceptar.

2.- El ejemplo de los padres es la mejor lección:

“Tú, sin embargo, el que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú, el que predicas: ‘No hurtes’, ¿hurtas? Tú, el que dices: ‘No cometas adulterio’, ¿cometes adulterio?” (Romanos 2:21, 22.)

No importa lo mucho que usted dice, “haz lo que digo, no lo que hago”, los niños seguirán el ejemplo activo con más frecuencia que las lecciones verbales que enseña. Por lo tanto, es imperativo que los padres sean un buen modelo a seguir. Sea un ejemplo de lo que quiere ver en sus hijos (1 Corintios 11: 1; Tito 2: 1-10). Es a veces gracioso (pero a menudo triste) ver cómo que los niños a quienes nadie ve están prestando atención y tienden a contar las mismas historias, usar el mismo vocabulario, e incluso se visten y se comportan igual que sus padres.

3.- Es esencial que la disciplina se base en el amor:

“Ustedes, padres, no estén irritando a sus hijos, sino sigan criándolos en la disciplina y regulación mental de Jehová.” (Efesios 6:4.)

Para obtener buenos resultados, es importante que se administre disciplina amorosa de la manera adecuada. ¿Cómo podrían los padres ‘irritar a sus hijos’? Si la disciplina no se corresponde con la gravedad del mal o se administra de forma muy crítica, los hijos se resistirán a aceptarla. 

La disciplina siempre debe darse con amor (Proverbios 13:24). Si usted razona con sus hijos, ellos comprenderán que los disciplina porque los ama (Proverbios 22:15; 29:19).

Por otro lado, es conveniente que los niños experimenten las consecuencias no deseadas de su mal comportamiento. Por ejemplo, si el niño comete una falta contra otra persona, usted puede insistir en que se disculpe. Cuando no respeta las reglas familiares, se le pueden imponer ciertas restricciones para destacar la importancia de la obediencia.

4.- El entretenimiento sano es valioso:

“Hay un [...] tiempo de reír [...] y [un] tiempo de dar saltos.” (Eclesiastés 3:1, 4.)

Los ratos de ocio y el entretenimiento sano y equilibrado son necesarios para el desarrollo mental y físico del niño. Cuando padres e hijos participan juntos en actividades recreativas, los vínculos familiares se fortalecen y los niños se sienten seguros. ¿De qué pasatiempos agradables puede disfrutar una familia? Si lo piensa, verá que existen muchos; por ejemplo, deportes al aire libre como pasear en bicicleta o juegos de pelota como el tenis, el bádminton y el voleibol. Imagínese también los buenos ratos que se pueden pasar si tocan juntos instrumentos musicales. Y es posible que viajar a lugares cercanos para disfrutar de la naturaleza se convierta en una fuente de hermosos recuerdos.

5.- Ayude a sus hijos a conseguir buenos amigos:

“El que está andando con personas sabias se hará sabio, pero al que está teniendo tratos con los estúpidos le irá mal.” (Proverbios 13:20.)

Un padre cristiano que tuvo buenos resultados al criar cuatro hijos dijo: “Es de suma importancia la clase de amigos que ellos escogen. Basta con un mal amigo para dañar todo el trabajo de los padres”. A fin de ayudar a sus hijos a elegir bien sus amistades, él les hacía preguntas discretas, como: “¿Quién es tu mejor amigo? ¿Por qué te agrada? ¿En qué lo imitarías?”. Otro padre pide a sus hijos que inviten a sus mejores amigos a casa. De ese modo, puede observarlos y dar a sus hijos cualquier consejo necesario.

Confió en Dios que si usted hace lo que Dios ha hablado y dejo estas bellas instrucciones en la biblia, la crianza de sus hijos no será cuestión de preocuparse.

 “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.” (Efesios 6.4)

Es importante involucrar a los hijos en la familia y el ministerio de la iglesia cuando son jóvenes. Asistir con regularidad a una iglesia cristiana (Hebreos 10:25), permitirles ver y estudiar la Palabra, así como estudiarla con ellos. Platicar con ellos sobre el mundo a su alrededor cómo ellos lo ven, y enseñarles acerca de la gloria de Dios a través de la vida diaria.

Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él. (Proverbios 22:6).


Si usted quiere agregar algún comentario puede hacerlo, y así ayudarnos con su experiencia. Dios le Bendiga grandemente.

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