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miércoles, 24 de febrero de 2016
Uno de los versículos centrales de la Biblia y por ende base de la fe cristiana, es Juan 3.16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, más tenga vida eterna”. Esta es una preciosa afirmación hecha por el Apóstol Juan y revela la razón de Dios Padre al enviar a su Hijo por nosotros.

¡Y que les parece si cambiamos la palabra mundo y colocamos nuestro nombre! Porque de tal manera amó Dios a ------, coloca tu nombre y podrás entender lo maravilloso de este versículo.

En la ciudad de Chicago, en una noche fría y oscura, se estaba levantando una ventisca. Había un niño vendiendo periódico en la esquina. La gentes estaba dentro resguardada del frío, y el niño tenía tanto frío que en realidad no estaba intentando vender tantos periódicos. Se acercó a un policía y le dijo: “Señor, ¿sabría usted donde podría encontrar un niño pobre un lugar caliente donde pasar la noche? Verá, duermo entre cartones en la esquina de ese callejón, y hace mucho frío. Agradecería tener un lugar caliente donde quedarme”.

El policía miro al niño y le dijo: “Bueno te diré lo que puedes hacer, camina por esa calle hasta esa gran casa blanca y llama a la puerta, diles: “Juan 3:16” y te dejaran entrar”.

Así que el niño lo hizo. Subió los peldaños hasta llegar a la puerta y llamó, y una señora respondió, él la miro y dijo: “Juan 3:16”.

La señora dijo: entra.

Le acompaño al interior, le sentó en una mecedora frente a una gran chimenea y se fue. Él estuvo allí sentado un rato, y pensó para sí: Juan 3:16… no lo entiendo pero hace que un niño se caliente.

Al rato regreso la señora y le preguntó: “¿Tienes hambre?”.

El dijo: “Bueno un poco. Hace dos días que no como, y me imagino que un poco de comida me sentará bien”. La señora le llevó a la cocina y le sentó delante de una mesa llena de ricos manjares, y el comió y comió hasta que no pudo más. Después pensó para sí: Juan 3:16… no lo entiendo pero hace que un niño sacie su apetito.

La mujer lo llevo a un baño en el segundo piso con una enorme tina llena de agua caliente. El niño se sentó dentro y se sumergió por un rato. Mientras lo hacía, pensaba para sí: Juan 3:16… no lo entiendo pero hace que un niño este limpio. La señora regreso y se lo llevo a una habitación, le metió en una antigua cama de colchón con plumas, lo arropo hasta el cuello, le dio un beso de buenas noches y apago las luces. Mientras yacía allí en la oscuridad, miro por la ventana y vio caer la nieve en esa noche fría. Pensó: Juan 3:16… no lo entiendo pero hace que un niño descanse.

A la mañana siguiente, la mujer volvió para llevarle al piso de abajo, a la misma mesa llena de comida. Después de comer, le volvió a llevar a la misma mecedora delante de la chimenea. Sacó una Biblia, se sentó y dijo: “¿Entiendes Juan 3:16?”. “No señora, no lo entiendo. La primera vez que lo oí fue anoche cuando el policía me dijo que lo usara”. Ella abrió la biblia en Juan 3:16 y comenzó a hablarle de Jesús. Allí mismo delante de esa chimenea, el niño entrego su corazón y su vida a Jesús. Allí sentado pensaba: Juan 3:16… no lo entiendo pero hace que un niño perdido se sienta seguro”.
(Autor Desconocido)



Otro versículos que hablan del amor de Dios.

“Con amor eterno te he amado”. —Jeremías 31:3


Dios te ama, y te ama con un amor que ni siquiera te imaginas, porque no hay ningún amor comparable con el amor divino. Dios te ama. Él quiere perdonarte. Él quiere tener comunión contigo.

“Dios es amor.” — 1 Juan 4:16


No importa cuán lejos hayas tratado de alejarte de Dios. Él te ama. Sus ojos están sobre ti. Él te ve. Dios te ama, y la Biblia dice que Dios envió a su Hijo del cielo a esta tierra por ti. Jesucristo vino a esta tierra para cargar tus pecados sobre una cruz. Dios tiene un plan para tu vida.


“Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.” —Jeremías 29:11


Dios nos creó en su imagen, y tú eres importante para Dios.

“Aun los cabellos de su cabeza están contados.” — Lucas 12:7


Dios sabe quién eres. Él sabe tu nombre y todo sobre ti. Él te cuida y se preocupa por ti.

Si te gustaría que Dios entre en tu corazón puedes hacer esta pequeña oración:

Señor Jesús, te amo. Hoy vengo a ti en fe pidiendo que perdones mis pecados. Jesús creo en ti, creo que moriste en una cruz, que derramaste tu sangre inocente por mí, que ocupaste mi lugar recibiendo el castigo que yo merecía. Creo que moriste y resucitaste al tercer día de los muertos. Venciste a satanás y le quitaste las llaves del infierno y de la muerte. Lo hiciste por mí porque me amas. Quiero ser cristiano, quiero servirte desde ahora y para siempre, por favor escribe mi nombre en el libro de la vida, tómame tal como soy y haz de mi lo que tú quieres que yo sea, gracias por salvarme y derrama sobre mi tu espíritu santo desde ahora y para siempre. Amén!!


Si realizaste esta oración, felicidades ahora eres un hijo de Dios, es hora de buscar una iglesia donde congregarte, pídele al señor en oración que te ayude a buscar una iglesia donde tu fe sea aumentada. Dios te bendiga!!

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