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lunes, 31 de octubre de 2016

SI AMAS A DIOS DI NO AL HALLOWEEN

 

¿Sabía que el Halloween  es una tradición que va contra nuestra fe cristiana?

Si usted es una persona creyente no permita que su familia participe en estas fiestas a ningún nivel.

Si sólo  es cosa de niños, ¿qué tiene de malo?

Antes que nada le recordamos que esta información va dirigida a gente que cree en Dios. Si usted no es creyente es probable que lo que va a leer le parecerá sin sentido.
Halloween aparte de no ser una tradición cristiana, es todo lo contrario, es una fiesta de origen satánico. Tal vez la manera en que hoy se celebra parezca cosa de niños,  pero, ¿se ha preguntado cuál es su origen? ¿Cuál es su fondo?¿ Porqué se celebra el 31 de octubre?

Entonces, ¿de dónde viene el Halloween?

El 31 de octubre es el día de la fiesta más importante de los brujos y de los satanistas. Si usted cree que no existen personas así, está en un error. De hecho hay países donde la Iglesia satánica está registrada. Tal es el caso de Estados Unidos, donde en la década de los sesenta se aprobó el primer registro de una Iglesia Satánica. Por si esto fuera poco, existen asociaciones nacionales e internacionales de brujas y brujos. La más reconocida, con varias divisiones y variantes, es la Wicca. Sus “congresos” y festividades no son un secreto.
Los seguidores de las fuerzas del mal tienen varias festividades a lo largo del año, generalmente relacionadas con ciclos de la naturaleza. Dos de sus grandes eventos se festejan el día último de octubre, y que actualmente se han fusionado en una sola tradición, “Halloween”. Estos festejos son el “Sabbat” y el festival de Samhain.

Orígenes del Halloween.

El festival de Samhain era celebrado cada 31 de octubre por los celtas, antiguos habitantes del ahora Reino Unido. Samhain era su dios y “señor de la muerte”, y los honraban ese día ofreciéndole sacrificios de sus cosechas, animales y humanos. Los druidas, sacerdotes de los celtas, solicitaban a algunos pobladores que ofrecieran a un bebé o una virgen, para sacrificarla esa noche; en la cual el “señor de la muerte” los visitaría junto con sus demonios. Quienes se negaban a entregar la víctima eran marcados en la puerta de su casa para que esa noche los demonios los destruyeran, y quienes cooperaban eran protegidos de los espíritus mediante una verdura o legumbre dentro de la cual se ponía una vela (¿no le suena parecido a lo de la calabaza iluminada?). Durante la ceremonia los druidas se disfrazaban con las pieles de los animales sacrificados para sacar del pueblo a los demonios que los visitaban y poder regresar a la normalidad al día siguiente. Con las cenizas y restos de los sacrificios los druidas hacían un rito para conocer el futuro de los siguientes doce meses.
Por su parte el Sabbat es lo que conocemos como “Fiesta de Brujas”. En ellas las brujas y brujos se reunían para ofrecer sacrificios a Satanás (“señor de la muerte”) mediante ritos,  actos sexuales y muerte. Existen varias fechas especiales para celebrar sabbats a lo largo del año, pero la principal es el 31 de octubre.

Pero el Halloween actual no tiene nada que ver con eso.

Aparentemente, pues no olvide que hay gente que está envuelta en las fuerzas del mal y sí lo celebra en serio. Sabemos que los niños participan inocentemente pero, ¿le parece correcto que una familia creyente celebre una tradición satánica?, ¿aceptaría que alguien de su familia vistiera una camiseta donde se blasfema contra Jesucristo? Entonces no meta a su casa fiestas del enemigo de Dios.
Ahora que conoce que esta es una festividad de origen contrario a Dios, ¿le parece correcto que sus niños se disfracen como bruja y crean que es algo bonito?; ¿mandaría a sus hijos a una celebración de una religión contraría a la suya?  Entonces no los deje festejar una tradición de una religión ocultista y contraria a su fe y a Dios.

Pero es que todos lo celebran.

El hecho de que algo sea practicado por la mayoría o sea una tradición popular no significa que sea correcto o que Dios lo apruebe. Recordemos las palabras de Jesús que encontramos en el Evangelio escrito por San Mateo:  “¿por qué también ustedes desobedecen el mandato de Dios para seguir sus propias tradiciones?... Hipócritas, bien habló el profeta Isaías de ustedes, cuando dijo: Este pueblo me honra con la boca, pero su corazón está lejos de mí…”
No permita que la presión social y “el qué dirán” le gane a su fe; no se contradiga entre lo que cree y lo que hace. No demuestre a sus hijos que las cosas de Dios no importan. No les enseñe por un lado que debemos amar a Dios, seguir sus mandamientos e ir a la Iglesia y por el otro les permita que festejen una tradición ocultista disfrazados de Satanás, brujas, muertos, demonios y demás. Así, ¿Cómo van a tomar en serio las cosas de Dios? Sea un ejemplo de congruencia en su fe y respeto a Dios para  su familia. ¡Manténgase firme en su fe! Cuide la vida espiritual de su casa, pues Halloween se mueve a nivel espiritual y puede afectar a su familia.


Pero si no creo en el mundo espiritual, ¿en qué me afecta?

La realidad espiritual existe aunque usted no crea en ella; es como si alguien no creyera en el mundo celular y microscópico porque no lo ve; pero no por eso va a dejar de existir y de afectarle en su propio cuerpo. Igual sucede con la realidad espiritual. Podemos ignorarla pero ahí está y nos afecta, aunque no lo creamos. En la dimensión espiritual sólo hay dos bandos: el del bien ( Dios) y el del mal (Satanás). De hecho el mundo espiritual es tan real que hay gente que se mueve en él, para bien o para mal, y leen el futuro con las cartas, café, mano, etc. Otros realizan limpias o daños, etc. Todas estas prácticas, como la del Halloween, son del reino del mal, nos lo dicen claramente las Escrituras.

¿Y que pasa si alguien participa por ignorancia?

Esta pregunta es una triste prueba de cómo las tradiciones paganas y anti cristianas, como el Halloween, se han infiltrado en nuestra sociedad,  pues ¿cómo es posible que creamos que una fiesta donde todo gira alrededor de diablos, brujas, monstruos y demonios pueda agradar a Dios? Además usted ya no es ignorante al respecto por lo tanto sólo le quedan dos alternativas: o permanecer del lado de Dios a pesar de las críticas o comentarios de sus amigos y familiares o dejarse llevar por la presión social y participar conscientemente en una tradición de la Iglesia Satánica. En otras palabras, ¿es su fe sólo un cumplimiento social y de domingo o es realmente un compromiso de fidelidad a Dios? Depende totalmente de usted.

Recomendaciones para este Halloween.

1.- Explique a sus hijos por qué no van a celebrar Halloween y no les permita salir a pedir dulces. Hay muchas maneras y fechas para festejar a los niños, ¿porqué hacerlo con una contraria a Dios? Celébreles el día del niño, la llegada de la primavera o hágales una bella posada; pero no les permita creer que el día de brujas y del festival de Samhain es algo digno de celebrar.

2.- No deje que sus hijos vayan a la fiesta de Halloween de su escuela o pre escolar. Explíquele la razón al maestro, déjele una copia de esta información o simplemente no lleve a su hijo ese día a la escuela. Más vale una falta al año que participar en esto. Enseñemos congruencia.

3.- No regale dulces a los niños que piden Halloween en su casa; esto también es una forma de participar, o por lo menos promueve que se siga celebrando. Si vienen acompañados de un adulto explíquele y si desea entréguele una copia del folleto.

4.- Fotocopie esta información y repártala entre sus amistades y conocidos, sobre todo a aquéllos que creen en Dios pero no saben la verdad sobre Halloween.

5.- Si eres joven, tú también necesitas mantenerte fiel a Dios, no participes de las fiestas de Halloween.

6.- Si tiene un comercio no promueva el Halloween  y dé a sus clientes este texto o colóquelo en una parte visible.

Si ha participado en Halloween o cualquier otra práctica ocultista (tabla Ouija, lectura de cartas, café, mano, limpias, astrología, consulta de muertos, etc.) pídale perdón a Dios por hacerlo aunque haya sido ignorante al respecto y dígale que desea tener una relación viva con él. Dios escucha los corazones dispuestos hacia él y es grande en misericordia para perdonar y darle su amor.
Escrito por: Rafael Sergio Ayala


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