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miércoles, 17 de enero de 2018


¿Qué es el Diezmo?


Significa la décima parte de las ganancias y entradas que el creyente destina para una finalidad sagrada. Esa décima parte es la devolución a Dios como una señal de pacto y de sociedad con él, reconociéndolo como el Creador y Propietario de todas las cosas. (Génesis 14:18; Levítico 27:30 y 32; Malaquías 3:7-10).

¿Porque Diezmar?


El Diezmo es un mandamiento de Dios, pues, como Soberano del Universo, se reservó para sí el diezmo, y lo estableció como un acuerdo: “Traed todos los diezmos al alfolí” (Malaquías 3:10). Como el gobierno de Dios respeta el libre albedrío, podemos decir que él no obliga a nadie a seguirlo. Este acuerdo podrá no ser respetado o aceptado, pero quien procede así tendrá que enfrentar las consecuencias. El principio del diezmo se basa en principios tan duraderos como la ley de Dios.
La razón principal de diezmar y ofrendar no es darle dinero a los ministerios para que continúen funcionando; ese es el resultado. Cuando pensamos que esta es la razón principal, perdemos de vista lo que Dios quiere hacer en la vida de la persona que está diezmando. Si crees que la razón de ser de tus diezmos y ofrendas es que el ministerio continúe, al realizarse la continuidad del ministerio, se acabarían los beneficios de estos principios en tu vida.
La razón principal de que tú diezmes y ofrendes es que participes activamente del ciclo de bendiciones divinas que Dios ha establecido para la vida de un creyente. Y cuando adoptas esta consciencia, tu vida cambia.

Diferencia entre el Diezmo y la Ofrenda:


Diezmo
Ofrenda
Es la décima parte de tus ganancias y entradas
Es muy aparte del diezmo y puedas dar lo que tú quieras (ropa, dinero, comida) etc, a las personas que quieras bendecir o al ministerio.

 Malaquías 3:10Reina-Valera 1960 (RVR1960)

10 Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.

“Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.” 2 Corintios 9:7.



Hay cuatro cosas en tu interior que son manifestadas cuando aprendes a diezmar y ofrendar:

1*- El diezmo es una muestra de agradecimiento a Dios. Es un acto voluntario provocado por el agradecimiento de victorias pasadas. La primera vez que vemos el diezmo en la palabra es en Génesis capítulo 14. Nadie obliga a Abraham a diezmar. Y su vida es cambiada por el principio del diezmo.
Cuando diezmas reconoces que has sido bendecido, más allá de lo que mereces, y que Dios es el autor de tu bendición.

2*- El acto de diezmar es un acto de fe. Cuando Abraham diezmó demuestra implícitamente que tiene la certeza de que Dios le va a bendecir en el futuro. La persona que retiene el diezmo es porque piensa que es lo único que tiene, que es lo único que Dios le va a dar.
Mucha gente dice confiar en Dios para un futuro grande, pero no son capaces de confiarle el diez porciento de tus pasadas victorias.

3*- Cuando diezmas demuestras que tienes plena confianza en las promesas de Dios. La segunda ocasión en que se menciona el diezmo en la biblia fue cuando Jacob hizo voto a Dios de separar el diezmo de todo lo que Dios le entregara. Jacob está reaccionando, no a pasadas victorias, sino a la promesa de Dios de futuras victorias.

4*- El diezmar es un acto de aceptación de la gracia divina. Jacob estaba perdido, huyendo, sin dinero, corriendo, y ese día Dios se le apareció, y le dijo que lo bendeciría, que lo prosperaría. Y, a pesar de su condición, Jacob decidió que su reacción sería diezmar, porque reconocía que era lo menos que podía hacer ya que, dada su condición, no merecía nada de lo que Dios haría por él.
Tu acto de diezmar dice que aceptas lo que Dios está haciendo por ti, aunque no lo merezcas.

Debemos dar a los necesitados: especialmente a los que son creyentes. Ésta es una forma con la cual podemos demostrar que tenemos el amor de Dios en nuestro corazón.

 La Biblia dice:
Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? (1 Juan 3:17).

Debemos ofrendar a nuestra iglesia local: Por lo común, la mayor parte de nuestras dádivas debemos dar a nuestra iglesia local si es una iglesia donde se enseña fielmente la Biblia y donde Cristo es exaltado. Dios ha ordenado que Su iglesia y Sus ministros vivan de las dádivas de Su pueblo. La Biblia dice:
Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio (1 Corintios 9:14).

Debemos ofrendar a quienes están llevando el evangelio a los inconversos: Cada cristiano tiene la responsabilidad de llevar el evangelio a los inconversos. El mandamiento de Dios para nosotros es: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura (Marcos 16:15).

Si no podemos ir nosotros, debemos tomar como privilegio el ayudar a sostener misioneros que están llevando el evangelio a quienes nunca han aceptado a Cristo.

Debemos ofrendar a aquellos que nos han ayudado espiritualmente: En la Palabra de Dios se nos dan instrucciones de compartir nuestro dinero con aquellos que nos han enseñado la Palabra de Dios y nos han ayudado espiritualmente. La Biblia dice:

El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye (Gálatas 6:6).

Ofrendar es Sembrar

Ofrendar no es tirar el dinero a la calle, es sembrar. Cuando sembramos semillas, no las estamos tirando; sino las estamos sembrando para poder cosecharlas más tarde. La cantidad de la cosecha depende de cuánto hayamos sembrado. Esto es cierto también respecto a ofrendar. Escribiendo a la iglesia de Corinto respecto a las ofrendas, Pablo dijo:

El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará (2 Corintios 9:6).

Todo lo que tenemos pertenece a Dios. No somos dueños de nada. Somos sencillamente administradores de Dios, usando lo que Él nos ha encargado. La Biblia nos enseña que si no podemos ser fieles en las cosas pequeñas, no se nos darán responsabilidades grandes. Si no somos fieles en administrar un poco de dinero, ¿cómo podemos esperar que Dios nos entregue mucho dinero?

El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto (no tiene honradez), también en lo más es injusto (Lucas 16:10, ver también los versículos 11–13).


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