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lunes, 30 de septiembre de 2019


Muchas personas consideran ser cristianas y no saben lo que eso significa. No tiene que ver con una religión me dicen por allí, mientras por otro lado debemos reconocer que, es imposible separar la palabra «cristiano» ó «cristianismo» del concepto de religión. Porque una religión es una forma de relación con Dios y el Cristo es la única religión que nos permite la relación con el único Dios verdadero.

Otros dicen que «aman» a Jesús y por eso consideran propio el calificativo de «cristianos», sin embargo, decir que se ama a Jesús no satisface apropiadamente a lo requerido para que alguien pueda ser considerado «cristiano». Muchos que dicen «amar» a Jesús o a «jesusito» como suelen decir para sentirse en confianza con él, no conocen la escritura, no conocen ni respetan lo que él dijo, lo que enseñaron sus apóstoles y por lo tanto, se refieren a otro Jesús, no al hijo de Dios.

Considerando que conozco la escritura sagrada, presento algunas definiciones válidas para que una persona, organización o actividad, pueda ser considerada «cristiana» aclarando también algunos conceptos equivocados y populares:
1.   Un cristiano es una persona que se reconoce pecadora, incapaz de ganar con sus méritos el perdón de Dios, pero que ha decidido reconocer que el sacrificio de Jesús le cubra sus culpas y recibe el galardón que Dios otorga a los santos, no por ser un santo sino porque ha sido santificado por la sangre de Jesús y vive procurando hacer la voluntad de Dios, plenamente seguro de que será salvo por el mérito de Jesucristo si se mantiene dejándose guiar por el Espíritu Santo de Dios que es esa fuerza que le ayuda a tomar la opción correcta cuando se le presenta una tentación.
2.   Un cristiano verdadero, como persona, no es, necesariamente, mejor que otros que no son cristianos, es más, en muchos casos puede ser una peor persona, entonces, su aparente buena conducta, es el resultado de la influencia del Espíritu Santo de Dios en su vida, y, aunque las personas no lo consideren digno de ser cristiano, no pueden negar que es una persona diferente y que, sin ser mejor que otros, recibirá la vida eterna por haber creído a Jesucristo. Entendiendo que creerle a Jesucristo implica reconocerse perdonado por todos sus pecados y que será ayudado en adelante para no pecar como lo hacía antes e incluso a levantarse de inmediato si comete un error porque su salvación es tan cierta como cierta es la palabra de Dios: El que cree en el Señor Jesucristo será salvo, no será tentado más de lo que pueda soportar y fiel es Dios para guardar sin caída a los que en él confían.

3.   Un cristiano no merece y nunca llega a merecer la vida eterna que Dios le otorga, porque el cristiano es salvo por el sacrificio de Jesucristo en la cruz del Calvario y todas sus buenas obras no son propias en realidad, porque alejado de Jesús nada puede hacer, así que, todo buen testimonio de un cristiano es el resultado de que él haya dejado fluir al Espíritu Santo, es decir, que ha ofrecido su cuerpo como un sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, el cual, ha pasado a ser su culto racional. Porque un cristiano debe dar las gracias y la gloria a Dios por las cosas buenas que le capacita e impulsa a realizar por medio del Espíritu Santo, que, por su parte, Dios le galardonará por esa actitud, la actitud de prestarse al bien, en lugar de dejarse llevar por la influencia malvada del enemigo de las almas de los hombres.

4.   Un cristiano comparte su fe, no para convencer a otros, como suele suceder con las personas que andan buscando adeptos, sino que lo hace por estar convencido del beneficio que ha recibido por haber creído en el Hijo de Dios y desea con todo su corazón que otras personas reciban ese mismo beneficio, porque sabe, por su propio caso, que las personas no necesitan un atributo especial, de inteligencia, riqueza, elocuencia, honradez, o cualquier otro atributo o virtud, sino solamente creer, creer en Jesús, el hijo de Dios. Por esto toma muy en serio el compartir su fe, porque si las personas no escuchan lo que deben creer, ¿Cómo van a creer si nadie les predica?, porque deben escuchar aquello en lo que deben creer. Es responsabilidad de todo cristiano compartir aquello que él cree, compartirlo con su forma de vivir y exponerlo de la manera más clara que le sea posible. De esta manera el cristiano muestra su amor al prójimo, compartiendo lo más importante.

5.   Hay iglesias que se autodenominan cristianas, sin embargo son marianas, porque el centro de su relación con Dios es María, la madre de Jesús, cuidándome de aclarar que es la madre de Jesús, no de Dios, porque Dios «envió» a su hijo, lo que significa que ya tenía a este hijo Dios, para que se encarnara en Jesús, el hijo de María, la madre de Jesús, entonces, Dios le concedió ese privilegio especial a María, el de aportar el cuerpo humano de Jesús y en ningún lugar, no dice ni se insinúa siquiera, que Dios, para poder salvar al mundo necesitó «tener» un hijo con María, porque el Hijo de Dios no empezó a existir gracias a María, y aunque esto está muy claro, sin lugar a dudas genera la más ardiente discusión por parte de aquellos que, engañados por el enemigo de sus almas, les quiere apartar del único camino a Dios, porque dice la escritura: Hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo. Tampoco dice que es un mediador entre Dios y María, porque de esa manera pretenden confundir, que a Jesús por María, pero tal cosa no existe, no puede uno cambiar algo tan fundamental de la relación con Dios, Jesús es el camino, él lo dijo, no lo digo yo, no es mi opinión, está claramente escrito en la Biblia y a menos que alguien no reconozca la autoridad bíblica, no puede haber otra opción.

6.   Un cristiano no está procurando ganar su salvación, un cristiano de verdad no duda de ninguna manera acerca de si será salvo o no, porque no tiene que ver con lo que él puede hacer sino que está directamente relacionado con lo que Jesucristo hizo en la cruz del Calvario. Por esta razón, aquel que se aparta del camino de Jesús no está perdiendo su salvación, sencillamente está demostrando que nunca la tuvo. Dios quiere que todos los hombres sean salvos, pero no todos toman su oferta, porque su orgullo no les permite comprender que algo pueda ser tan fácil o sin ningún requisito más que «creer en Jesús», y en lugar de creer cuestionan lo que hacen los que ya han creido y se confunden pensando que los que han creido se pueden salvar por lo que hacen después de creer, por lo tanto, cuestionan que realmente no se salvan por creer sino por lo que «tienen que» hacer después de haber creído. Por esta razón, prefieren no creer para evitar hacer aquello que hacen los que ya han creido o porque no se consideran capaces de vivir como viven los que ya han creído, pero, no saben ni comprenden que lo que sucede después de haber creído no es un esfuerzo humano por lograr la santidad ante Dios, sino que es el actuar de Dios en la vida del ser humano para hacerlo acepto ante sus ojos, pero eso es obra de Dios, el que cree se entrega para que Dios complete la obra redentora en su vida, porque aquel que empieza la buena obra no la dejará inconclusa.

7.   Un cristiano reconoce la autoridad bíblica, no porque considere infalibles a aquellos que han estado involucrados en las traducciones y las actualizaciones (de vocabulario nada más, no de conceptos), sino porque reconoce que allí está «la intención de Dios» y por su condición de Dios, ha guardado lo que tiene que guardar para que él reciba la palabra de Dios que será inequívocamente interpretada por todos aquellos que se dejan guiar por el Espíritu de Dios, porque les guiará a toda verdad. El diablo no puede cambiar la voluntad de Dios, ha sido y seguirá siendo derrotado, porque su naturaleza malvada es del pleno conocimiento de Dios y el diablo siempre procurará engañar, destruir y en fin, afectar al ser humano, sin embargo, para Dios, la conducta malvada del enemigo está contemplada en sus planes, por esa razón, cuando el enemigo creía estar arruinando la obra redentora de Jesús al incitar malvadamente a que lo crucificaran, no hizo nada más que completar el proceso, así que, cuando creía haber ganado, estaba siendo derrotado por Jesús en la cruz. De la misma manera, los malvados que no reconocen a Dios y cuestionan sus mandamientos, no pueden ingresar al cielo porque Dios ha querido que sea algo al alcance de todos, de absolutamente todos, no hay alguien que pueda jactarse por tener acceso al cielo, ya que el acceso no lo da la calidad de una persona sino la bondad de Dios, de esta manera, el premio más grande para un ser humano, es el más fácil de obtener, porque es gratuito, para el que cree en Jesucristo.

8.   Crea en Jesucristo y será un cristiano, pero recuerde que no puede creer lo que no sabe o lo que no entiende, procure conocer, creer y entender la palabra de Dios, le aseguro que no encontrará contradicciones si usted no está pleiteando con Dios, porque el principio de la sabiduría es el temor a Jehová, no procure entender sino ha creído, primero es creer y luego entender todas las cosas. El orden es este: Conocer, creer, entender, vivir como Dios quiere, compartir lo que cree, vivir con Dios. Ser cristiano está a su alcance, nadie se lo puede prohibir más que usted mismo. Le conviene creer, crea en Jesús.

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