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miércoles, 1 de marzo de 2017




Santiago 3:16 “Pues donde hay envidias y rivalidades, allí hay confusión y toda clase de mal”.


Envidia: Es el "disgusto o pesar por el bien ajeno", es la tristeza causada en uno, por el bienestar de otro..., se dice que uno de los males culturales arraigados dentro de los países de América es la envidia, de la cual provienen muchísimos males.

En su evangelio, Jesús enseña que ese sentimiento de envidia se anida en el corazón humano y de ahí, desde dentro, sale y contamina al hombre ¿Cómo contamina? ¿Qué es lo que produce la envidia? Entre otras cosas produce: desobediencia, robo, enfermedad, celos, codicia, crítica, traición, amargura y muerte.

Es decir la envidia en un punto es orgullosa y egoísta porque la persona pretende ser única, quiere gloriarse menospreciando a los demás. La envidia pretende destruir a los demás.

“El corazón apacible es vida de la carne; Mas la envidia es carcoma de los huesos”. Prov.14.30

Aunque el envidioso sufre por dentro y se carcome logra algo de alivio temporal al hacer sentir mal a los demás, cree que “aunque sea” el otro se sienta mal y no disfrute lo que tiene. Satanás envidio a Dios y a su creación y también nos envidia a los hijos de Dios, así que cuando alguien envidia está lleno de una raíz terrenal y diabólica. Si vemos que alguien logra algo bueno debemos admirarlo, alegrarnos y tomar su ejemplo, para que nosotros alcancemos todas nuestras metas también. Debemos tener un corazón apacible para que Dios nos de vida.

La envidia genera codicia y va encaminando a otros pecados, incluso puede llevar a la muerte;

Uno de esos ejemplos es el de José. Dice claramente en el Génesis 37:11 que sus hermanos le tenían envidia y por esa envidia quisieron matarlo, pero uno de ellos le preservó la vida.

“He visto asimismo que todo trabajo y toda excelencia de obras despierta la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu”. Eclesiastes 4.4

“Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.” Galatas 5.19-21

 Corintios 13:4 "El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia..." ¿podrá existir un "cristiano envidioso"?... sería como decir un negro blanco, o un sano enfermo.

Otros pueden decir también: "yo envidio al que tiene una buena vida espiritual; yo sólo envidio en él su buen testimonio... Pero no, solo cambia de verbo... porque no puedes decir que envidias; nunca; ese no es el lenguaje de Dios.
Santiago 3:11-12 "Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?. Hermanos míos, puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce."

Como superar la envidia:


   1)  Reconozca sinceramente que usted ha estado sintiendo envidia por alguna persona y pida el  perdón y la ayuda de  Dios para ya  no seguir haciéndolo. Recuerde que si usted ha creído en Jesús como su único y suficiente salvador,  el Espíritu Santo ha venido a morar a su vida y es él quien nos ayuda en nuestras debilidades.

2)      Ore porque Dios bendiga a la persona. Es casi imposible sentir algo negativo después da haber orado a Dios por eso.

3)       Rechace cualquier pensamiento que refleje envidia hacia alguien más. ¿Cómo hacerlo? –Dice 1 de Corintios 10:5 que podemos “llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo”.  Cada  vez que se sienta mal por las bendiciones de otros, diga en oración “Señor, gracias por las bendiciones que le das a  -diga el nombre- , en el nombre de Jesús quiero alegrarme por él (o ella).  Si usted hace eso, poco a poco irá aprendiendo a dejar a un lado la envidia.

Romanos 13:13-14 "Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, 14 sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne." Los apóstoles mismos tuvieron el problema... y es que es un cáncer que hemos de extirpar de la iglesia si queremos vivir en paz. Si fue uno de los pecados que llevó al Señor a la cruz, no darle cabida en nuestra vida.

Dios tiene mucho para darte, tu esencia no tiene límites de expansión y crecimiento, tu propósito se trata de estar bien, libre, bendecido y eso, impartirlo y compartirlo con los demás.

Tu destino y tus bendiciones tienen tu nombre ¡No hay nada que envidiar! Adelante, ¡conquista tus metas sin dudar!


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